jueves, 13 de agosto de 2020

¿Dónde ha quedado el respeto?



  Antes de iniciar esta entrada, quiero pedir disculpas a mis lectores y lectoras por la tardanza, sé que llevo varias semanas sin publicar nada, pero con toda esta crisis mundial y nacional provocada por la actual pandemia, y trabajando yo en una entidad de ámbito social, he tenido un exceso de trabajo, y ello sin olvidar el último mes de mi primer año en mi programa de doctorado. Hace unos días que inicié mis vacaciones, pero antes de ponerme las pilas con el blog y el resto de redes sociales, me sumergí en un pequeño periodo de desconexión pues, como siempre digo, tanto en la vida como en el BDSM se precisa de una claridad y una paz mental para poder disfrutar de lo que se hace, y siendo el BDSM parte fundamental de mi vida (no sólo de mi sexualidad) no quería escribir chapuzas.
  Dicho lo cual, y reiterando mis más sinceras disculpas para todos mis lectoras y lectores, entremos en materia, que seguro que ya hay ganas.

  Dicho lo anterior, y ya entrando en el tema de esta entrada, quiero hablar sobre un asunto que he advertido y que, tras una charla con una amiga sumisa, ambos coincidimos en que está resultando una cuestión muy preocupante: La total falta de escrúpulos por parte de algunos especímenes que, por la razón que sea, se sienten “Dominantes” y, por otra razón igualmente desconocida, por colgarse esa etiqueta se sienten con el derecho de reclamar para sí, seducir, tentar y, en el peor de los casos, tocar a la propiedad de otro Dominante.
  Por desgracia he sido conocedor de varios testimonios de Dominantes y sumisas que se han sentido atropellados y acosadas respectivamente, por otros “Dominantes”, unos porque han tocado o usado a sus propiedades sin su previo consentimiento, y las segundas porque aún señalando que pertenecen a un Señor, parece que estos especímenes prefieren mostrarse ciegos e ignorar este aviso y se atreven a imponer su voluntad sobre aquellas.
  Es muy posible, y sinceramente creo que esta es la principal razón de esta problemática, que estos advenedizos que, bien por moda o bien por morbo, se suben al carro del BDSM se creen que por colgarse la etiqueta de Dominante ya son amos de toda sumisa que se cruce en su camino, independientemente si esta, primero, quiere ser suya, y segundo, tenga o no señor. Además, hay alguno de estos atropelladores que adoptan una actitud chulesca y dicen que las sumisas no tienen por qué pertenecer a un único señor, o no tiene por qué ser fieles, o bien optan por poner sobre la mesa sus miles de años de experiencia, tal como si eso les concediera el derecho para tomar aquello que es de otros.

  Establezcamos un par de ideas:
-Las sumisas son personas, tienen poder de decisión y no son animales instintivos, ni putas ni zorras fuera de su rol, de modo que si por convicción quieren ser monógamas, o guardar fidelidad a un único señor, están en su derecho y estas dos decisiones, así como todas las que tomen como mujeres, como seres humanos, son total y absolutamente respetables, y ni las décadas de experiencia, ni el cartelito de Dominante, pueden privarlas de ello ni tampoco dan poder alguno a quienes esgrimen estas excusas para imponer su voluntad sobre otras.
-Y, por otro lado, en el BDSM existen unas normas, unos protocolos, más allá del CSS y del CRS que promulgo aquí en mi blog, existen unas costumbres que sirven para mantener la comunidad unida, para mantener la armonía en eventos, encuentros, chats, fiestas, etc., y dos de estas normas son: Primero, nada se hace sin consentimiento, de manera que si la sumisa dice no, es no, punto, no hay más. Y segundo, la propiedad ajena se respeta, si una sumisa está con su señor, y a este no le da la gana compartirla o cederla, esto se ha de respetar, y nuevamente ni los años ni ninguna otra excusa que pueda buscarse otorgan poder alguno para atropellar al Amo dueño de la sumisa.

  De manera que aquí va un consejo para las sumisas/sumisos: Nadie puede obligaros a hacer nada, nadie puede deciros que porque se es Dominante se tiene poder sobre vosotros, nadie puede obligaros a ir en contra de vuestros principios, límites e ideales por muchos años de experiencia que se tenga.
  Y un consejo para los Dominantes/Dóminas: Vuestra propiedad os pertenece, y así como tenéis poder para cederla o compartirla si así lo deseáis y contáis con su consentimiento y consenso, también tenéis derecho a decir que no, a defender lo que es vuestro y a exigir el mismo respeto que pueda pediros otro Dominante con x años más de experiencia que vosotros.

Sirius B

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sobre el collar y su poder

    El título de la entrada es muy ilustrativo, de modo que no cabe hacer puntualizaciones ni dar excesivas explicaciones respecto al mism...