miércoles, 29 de abril de 2020

Fantasías volumen 1. Los roles



FANTASÍAS
VOLUMEN 1. EL ROL

  Antes de entrar en materia quiero disculparme por el retraso a la hora de publicar esta entrada. La verdad es que he tenido trabajo, y no sólo relacionado con mis aficiones, sino trabajo real, de modo que he tenido que distribuir mi tiempo entre mis obligaciones laborales, mis proyectos como escritor, y por supuesto mi familia y amigos, lo que me dejaba un margen pequeño para dedicarme a esto. Así mismo, y siendo sincero, soy muy perfeccionista en lo que a estas entradas se refiere, y pese a que el contenido de esta entrada estaba decidido, me faltaba una visita de las musas para poder escribir algo decente que postear.
  Dicho esto, y decidido ya a poner sobre la mesa el contenido del que ya os hablé en la entrada anterior, hoy partiremos por revisar la primera gran fantasía, esa que es el BDSM en sí mismo, la clave de nuestras pasiones: Los roles predeterminados, es decir, Amo y sumisa/esclava.

1º. SUMISA Y ESCLAVA

  Es importante explicar la diferencia entre estos roles, pues no es lo mismo una sumisa que una esclava aunque pueda parecer que sí, siendo la principal distinción la entrega de una y de la otra, así como el papel que juegan dentro de la relación y respecto de su propia vida.
  Podemos decir que la sumisa es aquella mujer que decide someterse a su señor en cuerpo, alma y mente pero no en un 100%, si eso hasta un 95%. Del mismo modo, la apreciación que el señor tiene de su propiedad es esa, la de una sumisa que le ha cedido parte del control pero no en su totalidad, y por lo tanto su dominio queda limitado y circunscrito al pacto que han podido realizar de cara a llevar una relación sana y consensuada.
  La esclava, por el contrario, es aquella sumisa que va un paso más allá y se entrega en cuerpo, alma y mente en un 100%, cede todo, absolutamente todo el control a su señor, le es devota, no tiene más vida que la dictada por su Amo, se despoja de toda voluntad y la deposita en las manos de su dios, no cuestiona sus órdenes, no le pone límites más que los que él mismo pueda marcar, obedece ciegamente y mientras se mantiene el rol activo, no es más que una esclava en el sentido literal de la palabra.
  Así, podemos decir que las propias palabras nos dan la clave de su diferenciación, pues mientras la sumisa actúa como una propiedad sometida, doblegada pero que continúa ostentando parte del control a través de los límites infranqueables, una esclava no es más que eso, una propiedad que cede todo el control de su cuerpo y de su alma a su señor y actúa como tal.
  Me gustaría señalar, ya para terminar, que tanto una como la otra siempre están sujetas a los límites básicos del BDSM, así como a la ética y las normas razonables de una cabeza amueblada y con sentido común, pues por mucho que una esclava actúe como tal y lo sea “a todos los efectos”, cuando se despoja de dicho rol es una persona con sus derechos, con sus aspiraciones, con su vida y con su voluntad intacta, no hay que olvidar nunca que la sumisa decide someterse y la esclava decide esclavizarse, y tal como eligieron asumir esos papeles, bien pueden negarse a cumplirlos y darlos por terminados cuando así les plazca… Esto es una fantasía, y por muy excitante que pueda resultarnos asumir esos papeles, jamás hay que perder el sentido de la realidad que se disfraza con ellos y creerse que se es el verdadero Amo de una persona, que una mujer es verdaderamente nuestra esclava, y por mucho que llevemos al máximo estos roles, son sólo eso, máscaras, unos papeles que así como se iniciaron bien pueden desaparecer.

2º. JUGUEMOS UN POCO A… AMO Y SUMISA

  Sí, esto es lo mejor del BDSM, asumir de una vez los roles y lanzarse a la piscina. Sin embargo somos humanos y esta es la vida real, podemos cometer errores y equivocarnos… ¡Hey! No perdamos los papeles, compartamos unas risas sin perder de vista nuestros roles, pues un Amo que se ríe de sus fallos será grande para su sumisa.
  Una vez ya hemos logrado enfundarnos en nuestros papeles, actuemos como tal… Sumisa, agacha la mirada, baja el tono de voz, despójate de toda autoridad y poder de decisión y entrégate, ahora eres de tu señor y sólo haz de obedecerlo. La magia te envuelve, poco a poco ese hombre que tienes delante se convierte en una figura de poder, de autoridad, te sujeta con rudeza, te besa porque así lo quiere, te toca y te explora a voluntad porque así lo desea, te posee con furia porque eso le excita… Y a ti también, no puedes negarlo.
  Dominante, te has convertido en Amo, ahora eres el que manda, dispone y controla, la tienes ante ti tal y como la querías, cabeza agacha, cabello trenzado y totalmente desnuda, o bien vestida como tú le ordenaste. Las únicas palabras que escuchas que atraviesan sus labios son “sí señor”, “no señor”, ¿Cómo digáis mi señor”, ¿Cómo lo desee mi señor”, y respuestas semejantes… La sumisa es tuya, la esclava te pertenece, puedes hacer con ella lo que quieras y poseerla como te plazca, los límites los pones tú.
  ¿Pero si se está fuera del dormitorio qué pasa? ¿Si postergamos la sesión más allá de las paredes de la habitación o bien vivimos una relación BDSM? ¿Extendemos la fantasía? Por supuesto que sí, Amo y sumisa lo son en todo lugar y en todo momento, por supuesto con los límites marcados y pactados, o sin ellos si se es una esclava… ¿Qué podemos hacer con la sumisa, por ejemplo, en un restaurante, bar o lugar público? Aquí el espacio nos pertenece, nuestra imaginación es nuestra mayor aliada y todo lo que se nos pueda ocurrir sólo cuenta con las fronteras establecidas por los límites infranqueables.
  Ordénale que se quite las bragas si lleva falda o minifalda, y si no las lleva que resalte sus labios si puede con su pantalón, y tú sumisa obedece, claro que sí… Prueba bajo la supervisión de tu señor las mieles del exhibicionismo seguro, sin temores, él está ahí no sólo para disfrutar de ti y tomar lo que quiera, sino para protegerte y garantizar que explores tus sensaciones en un entorno seguro y delicioso… Te mira, sabes que él es plenamente consciente de tu desnudez pues ha sido su idea, sientes su mirada, sus manos al tocarte por debajo de la mesa... ¿Te imaginas cuántos hombres en el entorno se habrán dado cuenta de tu desnudez como lo ha hecho tu Amo?  Una pregunta interesante, ¿verdad? ¿Sientes el morbo recorrer tu cuerpo al imaginarte algo semejante?
  La fantasía la podemos llevar más allá, obedece a tu señor y sé suya, sé su zorra, su sumisa puta, rodeados de amigos y familiares recibes un mensaje… Es tu señor, vaya, quiere que te sometas con discreción… ¿Pero cómo? Fácil: Obedécelo sin rechistar, míralo como tu señor, nadie se dará cuenta, sólo tú y él. Ve al baño, sabes que le gustará verte y luego envíale una foto de su sexo, zorréale, el te quiere bien puta, caliéntalo, rózalo, juega con su deseo, no rechistes, no cuestiones, sólo obedece.
  Construir la fantasía de Amo y sumisa-esclava no es más sencillo que mantenerla y utilizarla, pero es igualmente placentero, y llevarla a cabo allí donde podemos, lugares públicos, en reuniones familiares, en la universidad, etc., convierte al BDSM en una fuente de placer inagotable.

Sirius B

jueves, 16 de abril de 2020

Nueva Dimensión: Un año fuera de la mazmorra



  Hace un año que salí de la mazmorra y me declaré abiertamente como un Dominante miembro del Colectivo BDSM, y no mucho después (julio del año pasado) abrí este blog con el objetivo de dejar en él plasmado tanto mis impresiones como mis propias opiniones y perspectivas de este mundo, sirviendo no sólo como vía de escape y jardín de mis propios pensamientos, que también, sino como una fuente de conocimiento teórico/práctico de la cual puedan beber todos aquellos y aquellas curiosos y curiosas que desean saber más, y quién sabe, hasta decidirse finalmente y unirse al colectivo del BDSM.
  He transmitido mis conocimientos y mi modo de ver el BDSM, he dejado claro algunos conceptos en la medida de lo posible y he dado a conocer mi postura, mi entender y mi forma de vivirlo. Sin embargo hay algo en lo que todavía no he entrado y que hoy, con motivo de mi aniversario fuera de la mazmorra, he decidido aventurarme y empezar a compartir contigo, permitiéndome incluso el lujo de romper la cuarta pared virtual que hasta hoy ha estado entre nosotros, tú que me lees y yo, Sirius B, el Dominante que escribe. Hablo de las fantasías, las prácticas, las herramientas de las que un Dominante se sirve en una sesión para crear lo que se conoce como la magia, ese poder que se va construyendo poco a poco y que desemboca en la sumisión de nuestra propiedad y nos permite adoptar ese rol que tanto nos excita, que nos conduce al éxtasis y que nos ayuda a conducir a nuestra sumisa por la senda del placer.
  Iniciaré a partir de aquí una serie de entradas dedicadas a la cara más práctica y menos teórica del BDSM, dedicaré algunas entradas a describir fantasías y en otras hablaré de los materiales del placer, comentaré prácticas, algunas que me gustan y otras que no, y puede que, en algún momento, recree narrativamente alguna sesión.
  Quiero dejar clara una cosa: A partir de aquí hablaré únicamente de sumisas, y ello porque soy heterosexual y desconozco las prácticas que una Dómina puede ejercer sobre un sumiso. Sin embargo permíteme que te diga que tengo pensado pedirle a una buena amiga que tengo en el colectivo su colaboración y quizás alguna entrada sea redactada por ella para dar nociones prácticas desde el punto de vista de una Dómina para con su sumiso, que no tiene diferencias, mas sí matices.
  Por supuesto esta primera entrada será introductoria, en ella intentaré dejar claro los tres pilares que como una rueda iré tratando a partir de la próxima semana: Fantasías, materiales de placer y prácticas.

1º. FANTASÍAS

  Soy de los que piensa y defiende que la mente es el órgano sexual más poderoso, y no porque lo haya escuchado por ahí y simplemente siga una moda, sino porque he tenido ocasión de comprobarlo en mis propias carnes tanto como receptor de fantasías como emisor de las mismas. La imagen que una persona nos puede transmitir con sus palabras, eso sí, según como las diga, puede traer a nuestra mente una escena clara, viva, exquisita, disparar nuestros pensamientos y convertirlos en una fuente increíble de placer.
  Las fantasías cumplen un papel primordial en el BDSM, partiendo por la base que este se asienta sobre la fantasía primaria de Amo y sumisa, Señor y esclava, Dueño y propiedad. Así pues, la primera fantasía que construimos en una relación BDSM del tipo que sea es precisamente esta, la de roles bien establecidos, una persona en una posición de poder con una potestad absoluta sobre la otra que, como no puede ser de otra forma, se somete, se arrodilla y se prosterna ante una voluntad ajena.
  Desde este punto de partida el abanico de posibilidades se torna infinito, el único límite que encontramos son en sí los propios roles dado que todo lo que tenemos que hacer es construir entorno a ellos y erigir, con ayuda de atrezo o no, la fantasía que mejor se adapte a nuestros gustos. El Amo toma el control, construye, utiliza su poder para desatar su magia y sumir a la sumisa en ese trance placentero que sus fantasías hacen crecer y alimentan.
  La imaginación es también un aliado poderoso para cuando existe una distancia física entre el Amo y su propiedad, pues ha de ingeniárselas para seguir siendo el Amo sin el poder de su presencia, de su mirada o de sus gestos. Cierto es que hoy la tecnología nos permite disfrutar de videollamadas y por lo tanto contar con una imagen para alcanzar ese objetivo, sin embargo hay circunstancias que pueden imposibilitarlo pero que, por su contexto, se convierten en escenarios únicos y maravillosos para activar los roles y poner a la sumisa en su lugar al tiempo que se le conduce rumbo al placer.
  De esto hablaré largo y tendido en las entradas que correspondan a las fantasías, describiré situaciones, contextos y circunstancias, hablaré de la lejanía y la proximidad, del entorno, como hacer que la sumisa se sienta propiedad aún en los lugares más insospechados, como construir con el poder de la palabra escenas cargadas de erotismo y convertir al BDSM en un aliado único e irremplazable junto con nuestra imaginación.

2º. MATERIALES DE PLACER

  He conocido a quien las llama herramientas, juguetes, utensilios, etc., yo prefiero llamarlas materiales de placer pues para mí son eso, materiales de los que todo Dominante se sirve para darse placer a sí mismo y por supuesto a su sumisa. Se trata de una amplia gama de materiales de distintas formas y para distintos usos, aunque algunos de ellos son tan versátiles que se prestan para recorrer sendas diferentes.
  Si el cuerpo de nuestra sumisa es todo un mundo con rincones prohibidos que explorar para llegar a nuestra meta común que es el placer, y las fantasías son el mapa que nos permite recorrer dicho mundo de formas muy variadas, tomando caminos exquisitos y nunca repetitivos (salvo que nos guste mucho la senda), los materiales de placer son nuestro transporte que nos dará el apoyo necesario para conseguirlo, son esas provisiones con las que contamos para no hacer viajes al éxtasis monótonos ni agotadores.
  Así pues, este será el segundo punto que quiero presentarte, te hablaré de todos los materiales que conozco o pueda conocer, los usos que se les puede dar, como utilizarlos, en qué contextos y bajo qué circunstancias, etc.



3º. PRÁCTICAS

  Ya por último este apartado que no es otra cosa más que un compendio de las anteriores, es decir, la puesta en marcha de las fantasías y el empleo de los materiales de placer. Las prácticas sólo pueden ser placenteras si las ejecutamos bien, aunque francamente nadie es perfecto y sabe como hacer que una práctica le salga redonda a la primera.
  Tengo por finalidad aquí ser más narrativo, compartir contigo mis experiencias, cómo conseguir que una práctica te salga bien y la puedas mejorar, las distintas prácticas que se engloban en el BDSM, algunas que me agradan y otras que no, etc., todo ello por supuesto desde mi experiencia personal y siempre desde el respeto y la sensatez.

Sirius B

Sobre el collar y su poder

    El título de la entrada es muy ilustrativo, de modo que no cabe hacer puntualizaciones ni dar excesivas explicaciones respecto al mism...