En primer lugar, y
como siempre hago, deseo disculparme por mi tardanza a la hora de publicar esta
entrada. Sé que ha pasado mucho tiempo, pero en mi descargo diré que he
atravesado un periodo muy convulso de mi vida, con unos pocos momentos algo
torcidos y otros muchos fantásticos e increíbles. Quizás de estos últimos el
más importante es que he formalizado, recientemente, una relación con una chica
muy especial, a quien tengo a mis pies y cuya sumisión me ha entregado de forma
maravillosa. Sin embargo, espero en adelante ser tan regular como me sea
posible para continuar ayudando a quienes lo necesitáis bien iniciados en este
increíble mundo nuestro lleno de posibilidades.
Hoy dedicaré esta
entrada, como ya es habitual, a poner de relieve un tema que he tratado en
ocasiones anteriores desde distintos ángulos, pero que de un tiempo a esta
parte, quizás por la problemática del coronavirus o simplemente por un
incremento del uso de Facebook como vía de comunicación, ha alcanzado cuotas
preocupantes y resulta imprescindible su denuncia: El egoísmo de un alto
porcentaje de los Dominantes o, a mi entender, la idiotez de los Dominantes.
No obstante, y antes
de entrar en materia, quiero dejar muy claro que esta problemática sólo está
extendida en la población masculina, no así en las Dóminas quienes,
afortunadamente, tienen un modo de pensar y sentir muy distinto a los
Dominantes, tal vez por ese don maravilloso que poseen las mujeres llamado
criterio y sensatez. De modo que este artículo sólo se centrará en la estupidez
masculina, dejando al margen a las Dóminas por su actitud siempre correcta y
adecuada. Así mismo, me limitaré sólo a la interacción con las sumisas, entre
otras cosas porque son estas las que más se han quejado a este respecto, tal
vez porque los sumisos tienden a relacionarse con las Dóminas y por lo tanto
quedan circunscritos a su comportamiento.
1º. ¿Qué es la idiotez del Dominante?
Para entender mejor
lo que aquí voy a hablar, es menester preguntarnos qué es el fenómeno que yo he
bautizado como “la idiotez del Dominante”, el cual bien podría definirse como
el comportamiento y/o actitud que toman muchos Dominantes al interactuar con
las sumisas, y que se traduce en un comportamiento irracionalmente egoísta,
sexual, burdo e insensato, el cual los empuja a pensar sólo en sí mismos y a
ignorar que lo que tienen delante es mucho más que una colección de agujeros,
sino una persona, una mujer con sus inquietudes y con su forma de entender el
mundo y el BDSM. Sin embargo, y llevados por esta idiotez, los Dominantes
olvidan esa simple verdad, adoptando actitudes que rayan la peligrosa línea del
maltrato que, por si no lo he dejado ya sobradamente claro en mis entradas
anteriores, no es BDSM.
Así pues, la
tendencia que he advertido actualmente es la de Dominantes que sin criterio
ninguno se lanzan a la caza de sumisas (principalmente en grupos de Facebook),
las atraen y comienzan una campaña estúpida de irracionales mensajes colmados
de palabras tales como “respeto”, “obediencia”, “propiedad”, etc., todas ellas
por supuesto pertenecientes al acervo del lenguaje de nuestro colectivo pero
que son desposeídas de su significado y reducidas a vulgares órdenes sin
sentido ninguno y a una diarrea verbal cuanto menos repugnante y abusiva.
La idiotez del
Dominante es fácilmente detectable, toda vez que la carta de presentación de
quienes la padecen suele ser un mensaje claro y conciso: “¿Quieres ser mi
sumisa?”, eso si tienen un mínimo de educación y cortesía, pues de lo contrario
inmediatamente empiezan a marcar paquete y a imponer lo que ellos entienden
como su autoridad sobre quien, por si no lo han notado, no tienen ningún
derecho ni posesión.
Otro rasgo
identificativo es un actitud poco elegante y sensata, tienden a ser vulgares,
obscenos y hasta agresivos si la sumisa se da su lugar, cayendo a los
descalificativos y a los improperios sin ningún sentido. En relación con esto,
podemos decir que el Dominante idiota actúa con agresividad, es tal su complejo
de inferioridad, su necesidad de sentirse fuerte y superior, que cae
directamente a actuar de forma egoísta y machista, exigiendo un respeto que no
se han ganado, una obediencia que no se merecen y una entrega de la que son
indignos.
En efecto, la
idiotez del Dominante convierte a quien la ejerce en un machista egoísta,
alguien que sólo ve por sí mismo y le importa poco y nada lo que sienta la otra
persona. Debido a esto, cuando conocen a una sumisa la ven como un objeto sin
alma ni pensamientos propios, la desposeen de su condición de mujer e intentan
someterla a su soberana voluntad, sin medida, sin límites y sin ningún tipo de
respeto ni consideración, invadiendo su intimidad con fotos obscenas,
perturbándolas con mensajes sin criterio ni valor ninguno e insinuaciones o indirectas
incómodas e inapropiadas para quien se precie como un caballero, como un
auténtico Señor.
Una vez definida y
perfilada la idiotez del Dominante, y bien establecido cómo detectar a quien la
ejerce, me gustaría pasar a poner de manifiesto las consecuencias que esta
reprobable conducta trae consigo de cara a nuestro colectivo y a los Dominantes
que lo somos de verdad.
2º. ¿Cuáles son los perjuicios y quiénes los perjudicados?
Por supuesto, y como
primerísimas víctimas de estos Dominantes idiotas, están las sumisas, cuyo rol
es extraído de ellas, de su personalidad, y convertido en un burdo instrumento
del cual estos inmorales se sirven para aplacar sus bajos instintos y apaciguar
su enorme complejo de inferioridad, tanto así, que muchas sumisas son sólo
usadas como meras marionetas, muñecas que ni sienten ni piensan, sólo sometidas
a la voluntad férrea, despótica y cruel de un Señor que ni las merece ni las
respeta. Ha alcanzado tal punto la idiotez de estos individuos, que muchas
sumisas han decidido reprimirse, apartarse de los grupos de Facebook y, en el
peor de los casos, incluso del BDSM, desembocando esta insana actitud de estos
falsos Dominantes en un daño irreparable.
No obstante, y
siendo sinceros, no podemos negar el hecho que existen sumisas que no sólo
aceptan a estos Dominantes, sino que avalan su comportamiento y secundan sus
acciones, criticando a otras sumisas que sí se dan su lugar y se hacen
respetar. A mí parecer, y como suelo decir aquí sólo emito mi opinión
estrictamente personal, estas sumisas están mal enseñadas, normalmente han
seguido una línea de aprendizaje errónea y han atravesado relaciones BDSM
dañinas e insanas, las cuales las han llevado a entender que esta forma tóxica
y perjudicial de vivir una D/s es la correcta, la adecuada y la que toda sumisa
debe seguir.
De esta manera, y ya
retomando el hilo de este ítem, podemos decir que esta forma malsana de
entender la interacción y la relación entre un Dominante y su potencial
propiedad, o entre un Amo y su sumisa, no sólo perjudica a quienes la
practican, sino a nuestro colectivo en general, después de todo la imagen que
se proyecta de los Dominantes es que somos machistas, egoístas, vulgares y
merecedores de cero confianza, mientras que lo que se deja claro sobre las
sumisas es que son mujeres que no piensan y sólo obedecen, que no les importa
que las maltraten, que las pisoteen y que la reduzcan sólo a objetos, que están
de acuerdo con el machismo y el maltrato. Esto, como no es difícil deducir, nos
perjudica a todos, ya que el mundo termina percibiendo a nuestro colectivo por
“narcisistas egoístas” y “niñas con gusto por el maltrato”.
3º. ¿Cuál es la solución?
De más está decir
que la solución pasa por el reconocimiento por parte de los Dominantes falsos y
de las sumisas mal instruidas de sus propios errores, lo que está completamente
descartado, no en vano ambos grupos creen y aseveran que tienen razón y no van
a admitir su equivocación. De esta manera, queda en manos de los auténticos
Dominantes y de las sumisas que sí se hacen respetar y se dan su valor como
personas, lograr que la imagen que estos personajes tragicómicos dan al resto
del mundo pueda variar.
Ahora bien, quiero
dirigirme a las sumisas en particular: Sois mujeres, sois personas, y no todo Dominante
que se cruza por vuestro camino puede humillaros, pisotearos y someteros como
se le antoje simplemente porque sois sumisas. Las siglas del BDSM, y todas las
prácticas a las que engloban, han de ganarse y cimentarse en una base sólida de
consenso mutuo, seguridad, sensatez, respeto, confianza y seguridad.
Obediencia, entrega, humillación, castigo, etc., no son sílabas vacías de
contenido ni prácticas que puedan darse entre dos personas sin más única y
exclusivamente porque asumen un rol en un colectivo, son acciones y sensaciones
que han de construirse y ganarse.
Mucho cuidado con
quien os cruzáis, ni todos los Dominantes son buenos Amos, ni todas las sumisas
son buenos ejemplos a los que emular. Tanto una postura como la otra, han de
ganarse, han de conseguirse con acciones, ni con palabras ni con etiquetas. El
respeto y la sumisión se ganan, no se imponen.
Mi próxima entrada
se enfocará en las sumisas, concretamente en ellas, procuraré dar mi punto de
vista sobre lo que entiendo por una buena sumisa, os daré algunos consejos para
protegeros y quizás pueda contar, aunque no lo garantizo, con el testimonio de
dos sumisas para que así conozcáis, de primera mano, dos visiones muy
distintas, cada una con mucho interés a su estilo. Una de ellas es mi amiga
Keilah, quien lleva casi el mismo tiempo que yo en esto y tiene una visión muy
propia de lo que es la sumisión, lo que la hace muy interesante. El segundo
testimonio con el que quiero contar es con el de mi propia sumisa, Arwen, a
cual yo mismo inicié en esto hace no mucho tiempo pero que, y pese a llevar
pocos meses, se muestra como una sumisa increíble que me hace sentir cada día
tremendamente orgulloso de tenerla a mis pies.
Sirius B
No hay que confundir dominación con machismo, amigo, excelente tu artículo.
ResponderEliminarhttps://brunoymia.blogspot.com/