De cara a mejorar
mis conocimientos en el BDSM y poder ampliarlos cada día un poco más, no sólo
me instruyo en la teoría a través de ensayos, artículos, blogs, etc., sino que
voy un paso más allá y busco el conocimiento práctico mediante la interacción
con miembros del colectivo, especialmente en grupos de Facebook y foros, y ello
con la finalidad de conocer otros puntos de vista y prácticas que quizás no me
son conocidas, afinar más mis conocimientos y saber la opinión de las personas
en otros entornos.
En esta labor,
cuento también con la ayuda de otros amigos y conocidos, especialmente con la
de una amiga Little que tengo, Keilah, quien sabe cómo encontrar grupos de
Facebook interesantes y foros donde se leen muy diversas opiniones. Desde aquí
un abrazo, Keilah, muchas gracias.
En uno de estos
grupos de Facebook he detectado algo muy curioso, aquello que da título a este
artículo, y esto es que se está utilizando el BDSM como excusa o justificación
para las relaciones poliamorosas o polígamas, y se hace con argumentos como “la
monogamia no existe en el BDSM”, “no eres un buen Dominante si sólo tienes una
sumisa”, “no eres un buen sumiso si sólo te entregas a una única Dómina”, y
otras sentencias y citas a fines. Este tipo de argumentos me sacan de quicio,
después de todo no es erróneo afirmar que un nuestro colectivo son bien vistas
las cuadras (colección de sumisas/sumisos), de ahí nacen las hermanas de
collar, por ejemplo, y por qué no, aunque yo no conozco a ninguna, que una
sumisa o sumiso se entregue a más de un Dominante/Dómina, claro que sí, y no
hay problema siempre que ello se haga respetando las normas, los pilares del
BDSM (CSS/CRS).
No obstante, y sin
perjuicio de lo anteriormente dicho, existe un trecho muy grande entre admitir
y aceptar distintos tipos de relaciones, a afirmar que si se tiene una relación
monógama se es un peor Dominante/Dómina o no se es sumisa/sumiso. Que alguien
me diga por favor dónde está escrito que el BDSM no admite la monogamia, o
dónde está ese maravilloso manual de D/s en el que se especifica que para ser
un buen Dominante tengo que tener una cuadra, o que para que una sumisa sea
buena en su rol ha de admitir, sin que ello sea un límite totalmente
respetable, ser compartida con otros Dominantes/Dóminas.
El BDSM es parte de
la vida, y como tal son respetables todas las prácticas y relaciones, como digo
siempre que se respeten sus pilares básicos. Ahora bien, que se respeten y
admitan no implica necesariamente que todos y cada uno de sus miembros tengan
que pasar por ello, o ser polígamos para poder sentirse integrados en el
colectivo.
Lo más lamentable de
esto es que en estos grupos donde se abandera la poligamia no se habla de nada
más, apenas de vez en cuando, muy de vez en cuando, surge algún debate en
relación a alguna práctica o pregunta más apegada al BDSM, aunque esta no suele
ser la tónica habitual, muy por el contrario, de cada 5 debates, 4 son entre
los defensores de la poligamia, que se creen poseedores de la verdad absoluta e
incuestionable, y aquellos más permisivos y abiertos de mente que intentan
hacer ver que el BDSM no es un medio para escudarse tras él y dar justificación
a distintos tipos de relaciones, y ello por dos motivos: Primero, y el más
importante, cada quien es libre de hacer con su vida lo que bien le parezca y
vivir sus relaciones como mejor le plazca, sin que para ello tenga que
integrarse en tal o cual colectivo (aunque existen colectivos a fines con estos
estilos de vida como es el de swingers). Y, en segundo lugar, el BDSM no se
resume en monogamia y poligamia, el BDSM no va de estilos de relaciones más
allá del D/s o el S.M, aquí hay Dominantes/Dóminas y sumisas/sumisos, o
sádicos/sádicas y masoquistas, de ahí se puede hacer la combinación que se quiera.
Sin embargo existe
cierta explicación a este tipo de conductas, una explicación que sin llegar a
justificar semejante comportamiento, brinda sentido a la actitud de estos
advenedizos que abogan, a sangre y fuego, por la incompatibilidad entre el BDSM
y la monogamia: La gran mayoría de estos Dominantes (porque son todos hombres y
no hay Dóminas que lo hagan) y sumisas (porque son en su mayoría mujeres y no
hay sumisos que se manifiesten) es que desconocen el BDSM y sólo se unen al
colectivo por el morbo. ¿Y cómo sé esto? Fácil, no hay nada más que ver los
pocos debates que hay en relación con las prácticas y la teoría más apegadas a
nuestro colectivo, en estos es muy raro ver a alguno de los usuarios que sí se
encuentran en las masificadas discusiones relativas a defender que el BDSM no
es compatible con relaciones monógamas.
Otra explicación que
puede darse a esta actitud, sin que ello excluya a la anterior, es que se
piensa que si se es monógamo se está actuando como un vainilla, y como entre
estas personas el colectivo vainilla está demonizado, ser polígamo implica
diferenciarse y distanciarse más de los apestosos vainillas. Sobre esto no
puedo más que expresar mi total rechazo y condena, no en vano, y tal como me
dijo en su día una Dómina de renombre y experiencia de décadas, el BDSM y el
romanticismo no son agua y aceite, sino que cada cosa tiene su momento, su
lugar.
En relación a esto
último, recuerdo, porque me marcó muchísimo, un debate que leí en un foro,
debate que se titulaba algo así como “Edulcorar el BDSM”. Recuerdo que entré en
el hilo para ver qué opinaban los Dominantes y Dóminas al respecto, y mi
sorpresa fue mayúscula: De 6 o 7 usuarios que participaron en la discusión,
sólo 2 se negaban a espolvorear su relación D/s con algo que no fuese sal, y
los demás, los otros 4 o 5, sostenían que si había algo que les gustaba era,
precisamente, echar en su pócima de dominación unas gotas de edulcorante… ¿Y
por qué no? ¿Se es mal Amo o Ama si se trata al sumiso o sumisa con cariño y
afecto? Hay quien piensa que sí, pero este será tema para la próxima entrada,
ahora quiero volver al tema que nos ocupa.
Así, y como decía
antes, estos advenedizos buscan el distanciamiento con todo lo que tenga que
ver con lo vainilla, y como monogamia está asociado con lo vainilla, es
rechazado tajantemente por este círculo de personas que de este modo, como una
suerte de coraza, se protegen de los sentimientos y todo aquello que pueda
hacerlos parecer vainillas.
En conclusión, el
BDSM no es una excusa ni una justificación para tener relaciones abiertas,
bígamas o polígamas, no, el BDSM es una forma de vivir y disfrutar el sexo y
las relaciones, pero en ningún caso ser parte del nuestro colectivo conlleva
obligatoriamente renunciar a la monogamia, pues esa es una decisión personal y
respetable de cada quien, completamente ajeno a si se es o no parte del
colectivo BDSM.
Sirius B
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