El otro día,
mientras iba camino a Alicante con un amigo, surgió el tema de la sexología, y
a raíz de aquel terminamos hablando del BDSM, declarándole que yo era miembro
del colectivo en el rol de dominante, detalle que le resultó curioso e
interesante a partes iguales, preguntándome en primer lugar: ¿Qué es
exactamente el BDSM? Una pregunta muy recurrente entre el común de los
mortales, los cuales no comprenden nuestra forma de entender las relaciones, o
bien directamente las tachan de raras, extravagantes, locas, o se limitan a
simplificarlas casi a lo absurdo.
Podría haberle
recomendado a mi amigo un centenar de páginas web donde le responderían a su
pregunta*, pero preferí darle yo mismo una respuesta nacida de mi propia y
personal percepción del BDSM y todas las prácticas, experiencias, principios y conocimientos
que he adquirido en estos casi ocho meses como miembro del colectivo, una
respuesta subjetiva y personal, que en ningún caso tiene por finalidad erigirse
como la única e indiscutible, al contrario, es muy probable que tú, dominante o
sumisa que me lees, tengas tu propia opinión al respecto, y que el día en que
te formulen esta pregunta, contestes algo muy diferente a lo que yo respondí a
mi amigo y procedo a exponer a continuación… ¿Y sabes algo? Tanto tu respuesta,
como la mía y la de cualquier otro miembro de nuestro colectivo, es totalmente
respetable y acertada, pues como siempre digo, no existen ni mejores ni peores
dominantes, ni tampoco mejores o peores sumisas, sino personas que disfrutan
del BDSM de forma consensuada, segura y sensata, y mientras sea así, nadie
puede imponerse como el poseedor o poseedora de la verdad absoluta.
Entrando ya en
materia, a mi parecer el BDSM es un modo único y maravilloso de vivir y
disfrutar ya no sólo de nuestra sexualidad, que también, sino de nuestras
relaciones, pues gracias al vínculo que lentamente se va forjando entre
dominante (del sexo que sea) y sumisa/sumiso, y que se asienta sobre la base
del consenso, seguridad, sensatez, respeto, sinceridad y confianza, las
emociones y sensaciones que terminan enlazando a ambas partes, son intensas y
profundas, alcanzando tal paroxismo que, y de darse las circunstancias, ambos
experimentarán momentos de éxtasis pleno (ya hablaremos del sub space), se lo dirán
todo con una mirada, se conocerán de manera íntima y extremadamente personal,
serán recíprocamente receptores de una confianza ciega y bidireccional,
conocerán la sinceridad en su plenitud y serán acreedores de un respeto que,
aunque por opuestas y muy distintas razones, será total y absoluto, y todo ello
en un ambiente, en una relación consensuada, segura y sensata.
Así, yo defino al
BDSM como un modo único e inigualable de experimentar y vivir la intensidad, el
placer, las emociones, de poder llevar a cabo una fantasía de roles que, de
hacerse y gestionarse adecuadamente, desembocará en una relación cercana,
profunda y plena, la cual a su vez reportará beneficios mentales, emocionales y
físicos para ambas partes, así como proporcionar las condiciones para disfrutar
de una sexualidad que rompe con los tabúes, que traspasa los límites y empuja a
quienes participan a explorarse a sí mismos en un entorno seguro y sensato.
Para la sumisa o
sumiso, y esto lo sé por lo que me ha dicho más de uno, la sensación de
libertad, seguridad y tranquilidad que les proporciona un buen Amo en una
relación BDSM, sea del tipo que sea, es tal, que puede conducirlos al éxtasis
en una sesión, al alivio de poder centrarse en otras parcelas de su vida cuando
han dado potestad a su Amo en otras, lo que sumado a la sensación de protección
que poseen una vez el vínculo se ha consolidado, hacen del BDSM, para ellas y
ellos, una filosofía vital, sexual y mental, única e incomparable con el mundo
vainilla.
Para los dominantes,
y aquí vuelvo a mis apreciaciones personales, gozar de la entrega y sumisión de
una persona, ser receptor de una confianza ciega, de una devoción extrema, es
algo que no tiene precio; saber que somos merecedores de semejantes
sentimientos, de la sinceridad y del respeto de nuestras propiedades, de
nuestras sumisas o sumisos, es una situación casi indescriptible y que algún
día deseo poder experimentar en carne propia, esforzándome para ser digno de
semejante honor, de tamaña responsabilidad, actuando siempre con valores y
principios férreos, los cuales he detallado aquí en mi blog en más de una
ocasión.
En definitivas
cuentas, y por si no ha quedado claro, el BDSM para mí es una filosofía
increíble, un instrumento maravilloso y único, capaz de dotarnos a quienes lo
experimentamos, vivimos y disfrutamos, de emociones y sensaciones profundamente
intensas, brindándonos la oportunidad de formar parte de algo fantástico,
placentero, poderoso y espectacular… Es, por lo tanto, una forma incomparable
de vivir la intensidad en todo su significado.
Así se lo describí a
mi amigo, así se lo transmití, y para cuando acabé él estaba sin palabras,
asegurándome que si bien conocía el BDSM a través de oídas, jamás lo había
visto bajo esta perspectiva, y que lamentaba profundamente tener los años que
tiene y no unos pocos menos, para gozar de la ocasión de conocer en persona
semejante modo de entender la sexualidad y las relaciones… Al parecer, soy un
vendedor excelente…
Fuera de bromas, me
alegra haber contribuido, aunque sea sólo con una persona, a cambiar la opinión
desprestigiada que los vainillas tienen sobre nuestro colectivo, sobre nuestro
modo de vivir, sentir, follar, disfrutar, e incluso amar, la cual nada tiene
que envidiar a la suya, muy por el contrario, son ellos quienes tienen que
envidiarnos a nosotros dado que es a nuestra manera como se conoce lo que
significa realmente intensidad.
Sirius B
*Son tres las páginas que a mí me sirvieron como vías de
aprendizaje: La primera de ellas fue Wikipedia, con su completísimo artículo
relativo al BDSM; la segunda fue la revista Cuadernos de BDSM; y la última de
ellas, aunque yo diría que la más importante, fue el blog de mi apreciado amigo
y maestro, El Faro, el cual está linkado aquí mismo en mi blog, y que sugiero encarecidamente
su lectura para quien quiera iniciarse en el BDSM de la mano de un gran
Dominante.
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