domingo, 14 de julio de 2019

El Dominante Que Soy Y El Amo Que Quiero Ser

 
 
  Como dejo claro en la presentación de mi blog, no hace mucho que decidí aceptar mi lado dominante e iniciar la búsqueda de mi integración en el colectivo del BDSM, esa extraordinaria y nunca bien ponderada forma de entender las relaciones, la sexualidad, e incluso, hasta el mundo y la vida. Aunque todavía me queda un extenso camino por delante, ya que como en cualquier disciplina jamás se deja de aprender, tengo que decir que tras la lectura de varios artículos, blog y opiniones, así como un espectacular encuentro con dos dominantes a los que respeto muchísimo, he podido por fin encarrilar mi camino, asentar del todo mis convicciones y empezar a perfilar el tipo de dominante que soy y, en consecuencia, el Amo que seré el día en que logre encontrar a mi sumisa.
  Por lo tanto, y como consecuencia de lo anterior, quiero dejar claros dos puntos: En primer lugar, en ningún caso esta lista enumera las cualidades o virtudes que otros dominantes tienen que tener, ya que, por un lado, siendo principiante no tengo ni los conocimientos ni la experiencia como para hacer algo así, y por otro, cada cual puede entender y vivir el BDSM como mejor le parezca mientras cumpla las tres normas básicas y esenciales; en definitiva, esta lista es una mera enumeración personal, es decir, las cualidades que yo tengo, y que por tanto, aspiro a poner en práctica cuando por fin encuentre a mi sumisa. Y, en segundo lugar, no se trata de algo cerrado y que no pueda sufrir variaciones, estoy seguro que las sufrirá si se da el caso, bien por conocer más y más el BDSM (con el paso del tiempo) o bien porque al ponerlas en práctica he de perfilarlas; por decirlo de algún modo, estas son las bases sobre las cuales quiero erigirme como dominante y futuro amo, sobre ellas pretendo ir construyendo mi identidad BDSM, mejorándola, variándola y ampliándola.
  Ya como último matiz, tengo que decir que la lista no está ordenada por orden de preferencia, considero que todas estas cualidades han de estar en un perfecto equilibrio si deseo ser en el futuro un buen Amo, por lo tanto la primera es tan importante como la última.
 
1º) Autoridad. Cualquiera podrá decir que esto es de cajón, si eres un dominante y aspiras a ser un Amo has de tener autoridad, sin embargo los modos de alcanzar esa autoridad pueden ser muchos y variados, y yo abogo por conseguirla de la mejor forma posible, es decir, a través de la aplicación de mis valores y principios personales; además mi autoridad será lógicamente  moderada y sensata, ajustada a los límites del juego y del acuerdo que haya alcanzado con mi sumisa, para que de ese modo los dos disfrutemos sana y placenteramente de la misma. Ejemplo práctico: No es lo mismo imponer mi autoridad con una absurda y constante imposición de castigos, que hacerlo a través de ganarme su respeto y demostrarle que bajo mi dominio no sólo disfrutará, sino que incluso, en las parcelas que así ella me permita llegado el caso, no haré un uso abusivo de la misma.
 
2º) Posesividad. Como tengo claro que a lo que aspiro es a una sumisa-pareja, mi intención es que en los momentos en los cuales estemos dentro de los roles, e incluso si llegamos a vivir algo así a medio camino de una relación 24/7, quiero que en todo momento tenga presente que es mía y sólo mía, que yo soy su Amo, su Dueño, y procurar que lo experimente de todas las formas posibles; por supuesto, y esto lo tengo más que claro, pero lo matizo para evitar confusiones equivocadas, soy y seré plenamente consciente que esto es un rol, un juego, no la realidad como tal, porque una persona no puede ser literalmente propiedad de otra en ningún rincón civilizado… No obstante, y permitiéndonos el BDSM experimentar esa sensación de posesión de un modo consensuado, sensato y seguro, pretendo explotarlo tanto como se pueda. Ejemplo práctico: Aunque yo la sienta mía y ella me sienta a mí como su dueño, ella es plenamente libre para tomar una decisión tan crucial como es finalizar la relación… Sé que es obvio, sé que es lógico, pero es quizás la mejor situación que puede ilustrar lo que intento decir.
NOTA: Hay desaprensivos que hacen del BDSM una práctica retorcida que despoja a la sumisa de toda voluntad y libertad, la vejan y la reducen a nada; en mi opinión, y sé que es compartida por los auténticos dominantes y sumisas que disfrutamos sanamente del BDSM, estos individuos son seres deleznables y bajos, la lacra responsable de la mala imagen que el colectivo BDSM tenemos en la sociedad.
 
3º) Rudeza. Aquí entro en un terreno más personal, aunque para que no se preste a la confusión procedo a explicarlo: Entiéndase rudeza no a la concepción vulgar y violenta que tiene el típico machito ibérico absurdamente chulo, sino aquella que puede enmarcarse dentro de los límites del BDSM, que me sirva para conducirme y conducirla al placer, a esa sensación de dominio que ambos dos perseguimos con su sometimiento, esto es, emplear una actitud ruda cuando proceda, cuando se preste al juego, a los roles. Ejemplo práctico: Atraparla con rudeza por las muñecas para robarle un beso, darle una nalgada, someterla de forma sorpresiva, etc.
 
4º. Respeto. El respeto es para mí fundamental, es una de las máximas del BDSM dado que de no existir aquel el consenso, la seguridad y la sensatez perderían todo su significado; sin embargo el respeto, y siempre a mí parecer, no ha de circunscribirse únicamente a las prácticas BDSM en las sesiones o en la “relación 24/7” (respeto a la palabra de seguridad, a sus límites, a su criterio, etc.), sino también a la relación en sí, y todavía más si a lo que aspiro es a una sumisa-pareja, y más si quiero ganarme su respeto y tener sobre ella dominio y autoridad. Ejemplo práctico: Si ella me cuenta un logro, alguna noticia de su vida, lo que yo no voy a hacer es actuar como un cretino o como un Amo absurdamente dominante en un contexto como ese.
 
5º) Confianza. En una relación BDSM la confianza ha de ser primordial, y a mí parecer en ambas direcciones, ya que si bien es cierto que mi sumisa me entregará la suya con sus respectivos límites, no es menos cierto que yo también le entregaré la mía en tanto en cuanto confiaré en que su sumisión es verdadera y genuina, y que disfruta de mi dominio de forma auténtica y no hallaré sorpresas desagradables que me pongan en una posición delicada. Ejemplo práctico: Si consiente a practicar una sesión, no me gustaría encontrarme al día siguiente con una denuncia de maltrato.
 
6º) Abierto en mis sentimientos. Jamás he compartido ese absurdo planteamiento de algunos machotes de que un hombre que expresa sus sentimientos es menos hombre, o que declarar tu amor a la mujer con la que compartes tu vida te hace parecer débil, de modo que en mis relaciones procuro ser expresivo en todos mis afectos, y fue precisamente por esto que me costó tanto reconocer y liberar mi lado dominante y abrazar el BDSM, por esa errónea idea de que mostrarme afectuoso o no expresarle mis sentimientos a mi sumisa me haría parecer un Amo sin autoridad, sin dominio, sin fuerza… ¡ERROR! Gracias a un dominante al cual respeto mucho, y cuyos escritos fueron uno de los pilares de mis inicios en el BDSM, descubrí que estaba equivocado, que ternura, cariño e incluso romanticismo no son conceptos incompatibles con el BDSM y que para todo hay un momento; de esta forma he podido liberarme aún más, desatar al dominante que reprimía hasta ahora y dotarlo de un alma y una mente equilibradas en la que ternura y dominio pueden ir de la mano… Creo que como ejemplo es suficiente señalar el término de una sesión como uno de los instantes más idóneos en los que se refleja esta unión.
 
  Me gustaría hacer dos apuntes ya a modo de conclusión:
1). Como he dicho con anterioridad, todas estas virtudes, estas cualidades son un conjunto en sí mismas, es decir, unas van ligadas a las otras y tienen la misma relevancia; no puede haber autoridad sin respeto, rudeza sin confianza, posesividad sin afecto, o rudeza sin afecto, autoridad sin confianza ni posesividad sin respeto. Además insisto en que ni se trata de una lista cerrada e invariable, seguramente con el paso del tiempo, y cuando encuentre a mi sumisa, la misma se verá ampliada y/o mejorada, ni pretende ser una guía para aprendices de dominante, pues aún no me atrevería a tutelar a nadie, sin olvidar que cada quien vive el BDSM según le parezca, y cada cual ha de encontrar su propio estilo de dominación/sumisión.
2). Y ya como último apunte, me gustaría dejar claro que bajo estos principios, virtudes y cualidades tan genéricas subyacen otras que para no hacer excesivamente largo el post no he mencionado: Así dentro del respeto podría decir la caballerosidad y la capacidad de reconocer mis errores, dentro de la confianza la sinceridad y la transparencia, dentro de la autoridad la sensatez y el autodominio, dentro de la afectividad la ternura y la comprensión, englobadas en la posesividad el cuidado y la lealtad, y bajo la rudeza el consenso y la seguridad, entre muchas otras que espero poder descubrirle a mi sumisa cuando la halle.
  No sé si soy un buen o un mal dominante, tal vez a algunos miembros del ambiente le suene ridículo y a otros todo lo contrario, quizás encuentre sumisas a las que no les guste y a otras que les encante, pero yo soy así, o al menos quiero y deseo serlo, pues considero que todas estas cualidades son perfectamente compatibles y no por existir ternura o cariño he de ser un Amo débil, sino todo lo contrario… En fin, ya se lo demostraré a mi sumisa el día en que la encuentre.
 
Sirius B

2 comentarios:

  1. Como bien dice ternura y amor no son incompatibles con autoridad y dominación. De hecho, es el conjunto de todo ello lo que para mi es un dominante de calidad.
    No hay nada más estimulante que hallar un amo en el que puedes encontrar diferentes facetas que te hacen sentir protegida y amada. Esto une todavía más la unión D/s.
    Por otro lado y como bien dice, cada dominante y sumisa es un mundo y lo importante es encontrar a la persona con la que te sientas más identificado por compartir ideas parecidas y de esta manera, poder crecer y descubrir nuevas prácticas juntos.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, y me alegra ver que compartes la perspectiva que le doy a una relación BDSM.

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